Nuestro apoyo a la producción agrobiológica de frutas y hortalizas, plantas o cereales

Los métodos de producción de alimentos representan actualmente más del 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero en la cadena alimentaria, muy por delante de los métodos de transformación o el transporte de mercancías. 

Los consumidores son cada vez más conscientes de que reducir su huella de carbono significa consumir más alimentos ecológicos, tanto a nivel individual como colectivo. La demanda de frutas y hortalizas ecológicas, locales y de calidad procedentes de canales certificados como Producción Ecológica, o comprometidos como la etiqueta Demeter, está destinada a aumentar. 

Producir con métodos de agroecología, agricultura ecológica, agrosilvicultura, permacultura y agricultura de conservación es un reto importante si queremos que la transición ecológica y económica sea un éxito. Para lograrlo, los responsables de proyectos o los agricultores que deseen cambiar sus prácticas necesitan poder contar con el apoyo de un arboricultor experto o recibir el asesoramiento de un horticultor.

El mayor potencial para reducir el impacto ambiental reside en la agricultura. La agricultura a pequeña escala o campesina ayuda a conservar los recursos naturales, limita el uso de productos fitosanitarios de alto consumo energético y, por tanto, ejerce menos presión sobre el medio ambiente.

El monocultivo no tiene sentido en este contexto. Los ecosistemas de cada cultivo son ventajas para mantener un equilibrio sistémico global. Añadir una pequeña explotación ganadera a la producción de frutas y hortalizas también es muy beneficioso para aprovechar todas las funciones que ofrecen los ecosistemas existentes.

Mediante el uso de abonos naturales como el compost y el estiércol u otros fertilizantes de origen vegetal, nuestros agricultores y campesinos fomentan la vida de bacterias y hongos en el suelo, aportando los nutrientes necesarios para el correcto desarrollo de los árboles y otras plantas. En sus propios campos han llevado a cabo años de experimentación para obtener los mejores rendimientos.

Estos horticultores y arboricultores comprometidos se alejan del sistema monocultural: combinan diferentes plantas e introducen la rotación de cultivos en pequeñas superficies. Pero eso no es suficiente. Trabajar con eficacia, elegir las herramientas adecuadas, establecer una presencia local y dominar los métodos de comercialización son aspectos que hay que dominar, por lo que se requiere un amplio espectro de competencias. 

Nuestros productores de frutas y hortalizas ecológicas y agroecológicas también tienen un fuerte vínculo con su entorno local. Comercializan sus productos a nivel local o directamente a transformadores, restauradores, autoridades locales o particulares a través de cooperativas, tiendas de productores, mercados, venta directa, etc.